04 noviembre, 2005

Un largo camino por delante.

  Ha llegado mi turno...


  En los dias que siguienron, Dima fue de gran ayuda, aunque de manera muy extraña, pues sólo trabajaba de noche.

  Cada vez que Luna se ocultaba, la enfermedad le asaltaba repentina y certeramente, como un lobo cazando su presa.

  En noches de Luna llena, hacía todo el trabajo que hubieran hecho al día siguiente, pero en las noches en que Luna no aparecía, o estaba oculta, apenas había diferencia con el día.

  Hadgen y Minrha comentaban todas las mañanas acerca del extraño comportamiento de Dima e incluso lo llegaron a comentar con algunos de los vecinos, a los que les tenían confianza. Pero nadie supo a que se debía, ni como solucionarlo.

  Thasred se empezaba a desesperar, pasaba todos los días junto a su lecho, cuidando de él y velando su sueño, y en las noches, estaba ya muy cansada y no podía quedarse mucho tiempo despierta para estar con él. Por mucho que lo intentara.

  Minrha regrezó un día de casa de Ghabdha y encontró a Thasred dormida, recargando su cabeza en el pecho de Dima y decidió que era el momento de contarle a su hija, algo que se había guardado en secreto. Aglo que le había contado Ghabdha aquél día en que encontraran a Dima a mitad del camino. Decidió contarselo, aún cuando sabía lo que sucedería.

  Despertó a Thasred para que comiera algo. Thasred no había ido a casa de Ghabdha por quedarse a cuidar a Dima, por eso, su mamá había llegado antes que Hadgen y Mishka y le contaría parte de lo que había pasado en casa de Ghabdha. Cuando hubo terminado su relato, y Thasred se encontraba completamente despierta, decidió que ese era el momento adecuado.

  "Hace ya algunos meses, cuando encontramos a Dima, tu tía me contó que, enmedio de las llanuras de Freger, del otro lado de la cordillera de Stratsgaar, vive una hechicera muy sabia, y que muchos acuden con ella por milagros y conocimiento." Thasred dejó caer la comida de su cuchara en ese momento. Muchos sentimientos se aglomeraron en ella, felicidad, tranquilidad, corage, desesperación, y angustia. No supo cómo manejarlos y gritó.

  Gritó tan fuerte que hizo que Dima despertara, aún cuando era medio día. Se acercó lentamente a la mesa y se encontró con Thasred y Minrha platicando y haciendo mapas, para llegar a un lugar extraño.

  Thasred se dió cuenta de que él estaba despierto y corrió a abrazarlo. "¡Dima! Ven, siéntate, mi mamá me acab de contar algo maravilloso, mañana empezaremos un viaje, iremos muy lejos, pero te recuperarás, estarás bien y recordarás todo. ¿No es genial?"
  Dima no sabía que pensar, no sabía siquiera si quería ir o no, y justo en ese momento, Minrha dijo que el viaje lo tendrían que hacer ellos dos solos.

Ealan vaiwa, ealan lume

2 comentarios:

Der Fenrir dijo...

Muy buena continuación, ahora puedo sentirme tranquilo al ver que la historia tiene ya su propia vida.

Esperemos que Antonio A. A. se anime a continuar esta historia.

Darlan dijo...

Quién será esa mujer?
Es maravilloso leer algo en lo que tu participaste pero no controlas, ver como todas las afluentes desembocan en el mismo río...